sábado, 10 de marzo de 2007

Pioneros del Evangelismo en Chile

Chile está ubicado al Sudoeste de América del Sur. Es un largo y angosto territorio, en el cual se manifiestan los más diversos climas y características geográficas. Fue descubierto en 1536, por don Diego de Almagro, y conquistado años más tarde por don Pedro de Valdivia; ambos procedentes desde España. Es por esta razón que la primera tendencia religiosa europea que conocieron los aborígenes de esta zona fue la Católica, profesada por los soldados; y difundida por los sacerdotes que solían estar presentes en estas campañas.

Luego de casi tres siglos de funcionar como Colonia subordinada a las autoridades hispanas de la época, nuestro país consiguió su Independencia en 1810, tras arduas batallas en las que se destacó don Bernardo O' higgins Riquelme, quien llegó a convertirse en Director Supremo de la nueva República, entre los años 1817 y 1823.

O' higgins, influenciado por su educación inglesa, invitó a James Thompson, miembro de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, a venir al país para enseñar a leer según el sistema Lancasteriano. Este insigne personaje fundó algunas escuelas, en las cuales utilizó textos bíblicos como base de su enseñanza, en una época en que la lectura de la Biblia estaba expresamente prohibida a los feligreses católicos comunes y corrientes. Fue precisamente la Palabra de Dios la que comenzó a abrir los ojos de muchos que hasta ese momento padecían de una lamentable ceguera espiritual.

La resistencia del clero dominante fue tan severa y persistente que condenó estorbó hasta donde pudo este tipo de iniciativas. Es así como los protestantes no disponían de un lugar decente en el cual enterrar a sus muertos, y tampoco podían legalizar sus matrimonios, a menos que renegaran de su fe, ya que la Iglesia Católica administraba los cementerios y tenía la exclusividad para unir a las parejas.

Lamentablemente, estos signos de intolerancia obtuvieron su consagración en la Constitución de 1833, la cual prohibió el ejercicio público de cualquier religión que no fuese la Católica Apostólica Romana, reconocida como la oficial de la Nación.

En medio de esta adversa realidad, poco a poco fueron llegando al país grupos de extranjeros, principalmente ingleses y alemanes, que no estaban dispuestos a renunciar a sus creencias. Varios de ellos, entre los que se cuentan miembros de las familias Wheelwright, Brigham, Walford, Scott, Edwards, Gildemaister y otras, solicitaron un Pastor a Estados Unidos. Es respuesta a su petición, llegó a Chile David Trumbull, el 25 de diciembre de 1845, quien se convirtió en el misionero protestante más influyente de esa época. Él impulsó la construcción del primer templo público evangélico del país, en Valparaíso, hoy declarado Monumento Nacional.

Fue precisamente en ese Puerto, en el cual se desarrollaba una gran actividad comercial internacional, donde muchos extranjeros comenzaron a reunirse para practicar sus reuniones religiosas. Allí también se fundó una sede de la Sociedad Bíblica, que permitió la distribución de muchos ejemplares de este Libro Santo.

Otras expediciones misioneras en el extremo sur de Chile fueron encabezadas por los reverendos Richard Matthews y Allen F. Gardiner. Sus integrantes padecieron de grandes sacrificios y muchos de ellos murieron en estas lejanas tierras.

Junto a estas crecientes manifestaciones de diversidad religiosa, también se producían cambios en el mundo político de la época, ya que muchos de sus miembros, adherentes al agnosticismo de moda, emprendieron una serie de acciones destinadas a terminar con la ingerencia del Clero Católico en la sociedad chilena. Fue así como en 1865, se dictó una ley interpretativa de la Constitución que declaraba:

"El Artículo Quinto de la Constitución permite, a los que no profesan la religión Católica, Apostólica Romana, el culto que practiquen, dentro del recinto de edificios de propiedad particular. Es permitido a los disidentes fundar y sostener escuelas privadas para la enseñanza de sus propios hijos en las doctrinas de sus religiones".

Entre 1883 y 1884 fueron aprobadas las leyes de Cementerios Laicos, Matrimonio y Registro Civil, las cuales quitaron el privilegio de administrar estos asuntos a la Iglesia Católica, y permitieron terminar con las restricciones que sufrían respecto de ellos los Evangélicos Chilenos.

En 1878 llegaron a Chile los Metodistas, bajo las órdenes del Obispo norteamericano William Taylor. Este hombre de Dios buscó misioneros que quisieran venir a instalarse en el país. Producto de ello es que llegaron los reverendos Ira Haynes La Fetra, James Higgins y William Writh, los que difundieron su doctrina en varias regiones, y crearon cinco establecimientos educacionales.

Posteriormente se haría famoso don Juan Bautista Canut de Bon. Nacido en España en 1846, luego de ingresar a Chile en 1871, como sacerdote Jesuita, se convirtió en predicador Metodista. Su labor espiritual fue estupenda, facilitada por su dominio del idioma nativo. Alcanzó una tremenda popularidad, y por sus hechos y palabras se convirtieron al Protestantismo muchísimas personas.

En 1925, bajo la Presidencia de don Arturo Alessandri Palma, se instituyó una nueva Constitución, que separó la Iglesia del Estado, permitiendo a todos los ciudadanos el ejercicio libre de sus ideas, siempre que no atentaran en contra de la moral y las buenas costumbres. A partir de esa fecha, los evangélicos han seguido ganando espacios y prestigio en nuestra sociedad, debido a su sana forma de vida, exenta de vicios y malas costumbres, y a su espíritu pacífico y esforzado.

Fotografía: En la imagen se aprecia una de las tantas predicaciones del evangelio a la calle
en sus comienzos.

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